8.18.2006

OSO POLAR

El oso polar, el miembro de la familia Ursidae más grande, y sin embargo tal vez el miembro más joven evolutivamente hablando. Se reconoce que los osos datan del Mioceno, hace unos 20 millones de años, y estos no eran más grandes que el tamaño de un perro. Estos crecieron gradualmente y empezaron a vivir en cuevas, extendiéndose por casi toda la tierra, excepto Australia y la Antártida. Se cree que hace unos 200 mil años, cuando los glaciares cubrían Europa, Asia y el Océano Artico estaba congelado, los osos pardos, hambrientos, que vagaban por las helada costas del norte descubrieron un nuevo alimento: las focas. Al principio, tal vez, comían solamente los restos de estas, después comenzaron a atraparlas vivas, sin mas esfuerzo que esperarlas a que salieran a la superficie por sus respiraderos en la nieve. Hace unos 125 mil años, apareció en Eurasia una nueva especia, ya lejos y nueva de los osos pardos. La cabeza y el hocico se alargaron y los dientes se hicieron más pequeños e irregulares, mucho mejor para desgarrar focas, el pelaje se hizo blanco, para confundirse con el entorno. Esos osos blancos empezaron a recorrer grandes distancias para cazar focas, y de allí se empezaron a distribuir por todo el Artico.

El
oso polar habita en lo conocido como el circulo Ártico, y en unas regiones un poco mas al sur, por el lado de Canadá y Alaska; en sí su hábitat comprende un territorio que abarca el Océano Artico, una parte de Canadá, Alaska (por Estados Unidos), Dinamarca (por Groenlandia), Noruega, y la Unión Soviética. El oso polar llega a pesar los 750 kilos (se han encontrado casos con pesos de hasta 950 kilos), pero en promedio pesan entre los 350 y los 450 kilos, llegando a vivir hasta 32 años de vida. Sus zarpas miden en promedio 22-25 cm de ancho, las cuales usan para nadar o para la caza de focas, golpeándolas con estas. El oso polar es protagonista de grandes migraciones hacia territorios mas al sur. Como se sabe el alimento principal del oso es la foca anillada, en el Artico, la cual se alimenta del bacalao de la misma zona. Pues bien, la zona ártica tiene 6 meses de luz solar perpetua, y 6 meses de noche total, debido a su ubicación en la tierra. Durante la fase que comprende la luz total, en la que existe una explosión de vida en dicha zona, y que abarca primavera y verano, existe un gran deshielo del circulo Ártico, el cual empieza en primavera, alcanzando su etapa mas critica en verano; durante esta temporada, y a pesar de la explosión de vida que el sol provoca, el oso polar se ve forzado a migrar mas al sur huyendo de las continuas quebraduras del hielo y continuas fugas de dichos fragmentos, donde este pasa el final de la primavera, el verano y parte del otoño, el tiempo en que el hielo vuelve a recobrar el nivel perdido, casi sin alimentarse y sin hibernar, durante este tiempo duermen o vagabundean. Esta etapa se conoce como hibernación ambulante. En esta época el oso puede perder entre el 30 y el 40 por ciento de su peso corporal. Cuando el hielo regresa al Artico, el oso regresa a él, continuando con su habitual modo de vida casi totalmente desconocido para el hombre. Entre las pocas cosas que se conocen sobre el modo de vida del oso polar es que pasa su mayor parte del periodo invernal cazando por todo el circulo Ártico, desplazándose grandes extensiones. Un collar con radio puesto a una hembra, mostró que esta vagó durante todo el invierno por una superficie de 78,000 kilómetros cuadrados. Las garras del oso polar están adaptadas para el difícil caminar sobre el hielo y la nieve: están recubiertas por la parte inferior de pelo para evitar resbalarse y tener mayor adherencia en superficies lisas. Además, debajo del denso pelaje blanco del oso polar se encuentra una piel negra para la absorción de los pocos rayos solares que lleguen al Ártico. Al contrario de lo que se cree, la enorme capa de grasa del oso polar, la cual puede medir entre los 10 y 15 centímetros, no se usa tanto como aislante térmico, sino como reserva energética para ulteriores temporadas en las que el alimento sea escaso. En una medición de la cantidad de calor emitida por un oso polar hecha mediante infrarrojos se podía observar como la cara y los cuartos delanteros emitían mayor cantidad de calor que las ancas. Esto muestra inclusive la distribución de la grasa corporal en el oso: la mayor parte se almacena en muslos y en las ancas, dejando el trabajo de aislamiento térmico a la piel y pelaje. Para solventar los intensos fríos del Artico, en promedio entre los 50 y 60 grados bajo cero - pero en ocasiones mas, siendo la diferencia entre la temperatura del aire y la del oso hasta de 80 grados -, además de este mecanismo, el oso polar cuenta en su hocico con grandes membranas que calientan y humedecen el aire antes de que este llegue a sus pulmones.


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